Saturday, October 30, 2004

Cosas de la vida

Hoy me entero que en algún lugar de Estados Unidos (según mi informante)un chico conoce una chica a través del chat y sostienen una relación virtual que por lo visto se vuelve muy intensa. El caso es que pasado el tiempo la relación no se sostiene más y la chica decide terminar con el chico. Este, sumido en la depresión decide sucididarse.
Hay muchos datos que me faltan, no sé si era un chico y una chica o una chica y un chico o un chico y un chico, etc. Pero igual, no deja de ser aterrador la idea de suicidarse por una ruptura amorosa virtual. De pronto, estar mediados no diferencia en nada a la vida real, las consecuencias ya pueden ser exactamente las mismas.

Sunday, October 24, 2004

Dasher

Los Dasher han anunciado su venida a nuestro país. Los antes amados Electro-z ya no suenan igual, se han convertido en un grupo gringo y ahora hacen revival glam. Me intriga mucho oír el disco, ya que apenas si se pueden oír breves fragmentos en la página. Espero que circule pronto por aquí.






Todos nosotros lo sabemos

Sucede una cosa curiosa con el Mixtape. Pienso que un disco como este es el paso necesario a fin de encontrar vías alternativas de difusión. Lo que no hacen las radios ni la tele lo hace ahora Internet. No se trata del primer caso de Net Label peruana, pues ya Basto Discos lanzó un disco recopilatorio con las bandas de su catálogo, pero sin duda el trabajo de Internerds Records ha sido mucho más ambicioso en la medida que se ha lanzado a la búsqueda de proyectos de, prácticamente, nula difusión. Es interesante además porque permite dar cuenta de la múltiple variedad de estilos y géneros que se vienen gestado localmente, pero tampoco nos hagamos ilusiones, no estamos hablando aquí de una novel escena underground, se trata mas bien de un rejunte de individualidades que han ido apareciendo y que tienen en común trabajar de manera casera. Esa tendencia está muy marcada en el compilado. Esto último es importante ya que la selección de temas no está pensada en destacar la profesionalidad de las bandas ni la buena producción sino esencialmente encontrar esos temas que tienen ese instante de magia que los hace buenos más allá de si están mal grabados, si son un ensayo o no. Importa mostrar el talento que existe, y justamente para eso debe servir Internet: debe ser una plataforma que ya no esté pensando en códigos de manufactura pulcra. Internet es más democrático pues permite la libre difusión. Y eso lo tiene claro Internerds Records, y se ha mandado y ha colgado un triple compilado con bandas que dudo puedan haber llamado el mínimo interés de algún productor peruano o de alguna disquera más o menos establecida. Esa libertad está expresada en los temas, donde virtualmente se hace de todo, nadie se pone límites. No voy a decir que aquello es siempre bueno, de hecho hay temas del compilado que no me gustan tanto porque siento que son pajazos mentales que no están del todo bien definidos, pero igual está bien que se publiquen, está bien que aquellos individualistas tengan derecho a la crítica, derecho a que les digan que tal está lo que hicieron, derecho a la difusión y opinión.
Internerds Records es creo el canal de difusión que se necesitaba por aquí. Afortunadamente apareció y ha venido embalado porque ya vienen 4 discos más.

Hagan click aquí y descarguen el mixtape, también pueden oírlo on line.

Monday, October 18, 2004

Colgados de la red



Mas que encomiable, este compilado de musica independiente peruana es determinante. Ya me explayare mas al respecto, por mientras vayan oyendolo y disfrutandolo que es gratis.

ingresen a esta dirección:

http://www.internerds.org

Monday, October 11, 2004

De Argentina con amor

Un amigo mío llegó hace unas semanas de un viaje por Argentina trayendo una serie de discos de bandas que me resultaban totalmente desconocidas. Tenía una idea sobre el under argentino y lo relacionaba con Victoria Mil, Rosal o con Gustavo Lamas y Pablo Reche, en fin, más o menos esas eran mis referencias. Pero desconocía por completo el trabajo de las siguientes bandas:


Voltura – II Cuore Tedesco – Bueno, de ellos había leído algo en el blog de Esculpiendo. Es pop de guitarras que tiene mucho de Yo La Tengo y Daniel Melero. Les gusta los arreglos finos. Nada con la estridencia. Como el buen pop el tema amoroso está presente sin llegar a ser del todo cursi pero sí bastante mandado. Un vocalista muy cuidadoso al cantar, muy entonado, sin pretensiones, sencillo pero contundente. Hay un tema llamado “Estrellas en la boca” que tiene un bajo matador y una atmósfera de atardecer que es un disparo al pecho.

Travesti – Axito – Otros de los que se ha hablado mucho en los blogs, sobre todo en los uruguayos a raíz de la gira que esta banda hiciera a su país vecino. Son extraños en muchos sentidos. Para empezar porque tienen influencias de Suicide y Throbbing Gristle. Y suenan como si emergieran de una ciudad en escombros. Totalmente suburbanos y posesos. Bastante duros en sus letras, que hablan sobre juventud perdida e incertidumbre. En vivo deben de ser espectáculares. El disco me parece sorprendente, si tomamos en cuenta que lo que hacen (al menos yo no sé de otro caso) no tiene mayores referentes en Argentina, aunque de hecho deben ser fanáticos de Reynols.

El Tío Pastaflora – Alfalfa – Principales representantes de la escudería Mandarina Records. Son simplemente encantadores, llenos de una ingenuidad a ultranza que los hace inventar su propio mundo. Manejan los códigos del Lo Fi, con las portadas de sus discos hechas a mano y todo. Usan casiotones y bastante reverb y están fuertemente influenciados por Spacemen 3. Alteran revoluciones. Experimentan mucho pero nunca dejan de ser tan melódicos como psicodélicos. El disco tiene 17 temas que duran un suspiro. Geniales.

Javier - Punga - Un disco que también ha sido grabado en un cuarto. Una guitarra eléctrica no bien tocada, un tipo contando lo que hace en el día, lo que se le cruza por la mente cuando tiene la química alterada. Su irreverencia vale oro, si estuviera en el Perú sería un malcriado entre las bandas. “Chica cheta” es un verdadero hit.

Menashatrua – Fruitilla – Tienen algo del Spinetta más siniestro, el más oscuro. Un cruce entre el espíritu hippie y atmósfera de ceremonia Vudu. Aunque también tienen algo de Air y Stereolab en plan Lo Fi. Usan casiotones y percusiones tribales. Y en general tiene bastante sentido del humor. A los Babasónicos les encantaría este grupo.

Sr Tomate – El nombre no puede ser más adecuado. Me hace pensar en los primeros años de la primaria, cuando las frutas y las verduras se convierten en el Sr Tomate, la Sra Zanahoria, etc. Hay algo de ese mundo infantil en el disco (“hoy parezco una hormiga, todo el mundo es más grande que yo” cantan en “Hormigas”). Mucho de El Otro Yo y también del folk psicodélico. Buenos músicos y arreglos cuidados pese al sonido lo fi que tienen. “Sertralina” está muy buena realmente.



Y así, quedan más en el tintero, ya les daré repaso en otra oportunidad. Pero estas que menciono son realmente muy buenas y muestran una cara distinta de la música que se hace en el país gaucho.

Wednesday, October 06, 2004

Sobre las bondades del desprestigio

Tras una inolvidable jornada el sábado pasado, me viene a la mente pensar en el desprestigio como virtud para hacer música interesante. Recuerdo hace un tiempo que el díscolo Jaime Bayly decía que era rico vivir del desprestigio, pues cuando nadie te toma en serio puedes hacer lo que te venga en gana, no te debes a nadie, eres sólo un individuo viviendo de la manera más burda sus vicios y obsesiones. En pocas palabras, la trascendencia es una meta que no le importaba. Siempre pensé en eso, Jaime Bayly no es un escritor respetado por los de su generación, tanto Iván Thays, como Fuguet y Paz Soldán lo detestan, hablan pestes de su obra. Y está bien, a Jaime parece que eso le agrada, igual vende más que ellos, vive del escándalo, de su pasado oscuro, de escribir mal pero escribir sobre lo que les gusta a todos, la banalidad, la superficialidad, etc.
Curiosamente recuerdo también en una entrevista que Iván Thays señaló que como escritor, no vivía de vender libros sino que vivía de su prestigio. Eso le ha valido conseguir trabajo, y dedicarse a lo que le gusta e incluso firmar en los aeropuertos como Ivan Thays, escritor.
Y está bien, Thays no escribe mal, es lo mejor que sabe hacer, estilísticamente hablando.
Siempre pensé también en eso de vivir del buen prestigio, tal vez por eso es que digo todo esto ahora. Porque de alguna manera, Thays se debe a un público, a uno que él mismo se ha creado, a uno que le exige ser cuidadoso, ser europeo y elegante.
Valoro más en ese sentido la actitud de Bayly, de no guardar las buenas formas, aunque igual no me interese nunca volver a coger uno de sus libros, pero pienso que es bueno partir del desprestigio. Pienso que un músico, que por ejemplo, no sabe tocar absolutamente nada puede subir al escenario y hacer algo interesante. En realidad, me afana la idea de pensar en eso (curiosamente en otro blog también están hablando de eso), que se suba al escenario ese que no sabe tocar y que haga cualquier cosa. ¿Cómo lo vamos a juzgar? ¿Vamos a decir que simplemente es malo? No esperamos nada de él pero si hace algo interesante vaya que diremos que es un genio.
Últimamente el buen prestigio me aburre, ser un buen músico, la sofisticación, la perfección, la buena prosa, los buenos arreglos, hace falta un poco de descontrol últimamente. El buen prestigio está bien si partes de la idea de que no lo tienes cuando quieres hacer algo. Uno siempre debería partir de cero. Eso tiene más futuro.

Váyanse a la misma m....

De pronto un crítico de rock se ve involucrado en una banda y está presto a tocar sin tener la más remota idea de lo que pueda suceder. Nunca en su vida ha tocado un bajo.
La historia empezó un jueves en una reunión. Cinco amigos con inquietudes similares se juntan y deciden armar una banda de rock, entre ellos el crítico quien nunca había tenido una, a diferencia de los otros (pero que siempre soñó con tenerla, el espejo de su cuarto puede dar fe de ello).
—Ya, yo puedo tocar el bajo —dice.
—Muy bien, entonces ya tenemos una banda. Tocamos el sábado en un concierto en el centro— responde el chino.
—Ah, pero cómo, tan rápido?
Todos los integrantes de este colectivo son o han sido devotos de los sonidos más brutales, por lo que esperar que el resultado tenga algún matiz cándido es imposible. La banda es aceptada para tocar en dicho concierto, los nervios acechan, lo que empezó como un juego se va convirtiendo en una pesadilla.
—Hay que ensayar al menos —dice el crítico, quien se muere de miedo de estar del otro lado.
—Está bien, está bien, ensayaremos— señala el chino, quien ahora parece ser el asustado.
Y así se hace. Una hora antes del show la banda está tocando en una sala de ensayo. El crítico no la hace tan mal en el bajo,
—Ufff—se dice interiormente, algo recuerda de sus esporádicas clases de guitarra.
—Está bien, creo que puedo defenderme—vuelve a decir.
Por momentos el ensayo tiene olor a desastre, a catástrofe absoluta, no tiene sentido, esto no es música. Pero pensar en eso es más excitante aún. Cada uno hace su catarsis personal que degenera en catarsis colectiva. Paran.
—Tuvo sus momentos, eh, hay algo, un instante que fue mágico— dice uno de ellos.
Están listos, la banda se prepara para ir a tocar y patearle los traseros al público. Un concierto puede cambiar el mundo, recuerda el crítico de rock. Llegan al lugar hechos unos gansters y van a asesinar a un traidor.
—Se ha cancelado, nos fallaron los equipos— les dice el chato
—Qué?!!!!!— Dicen al unísono.
—No puede ser— dice el crítico, escondiendo un claro gesto de alivio.
—Ya se fueron las bandas, no va pasar nada. No tenemos batería, dice el chato organizador.
—No importa, tocamos igual— habla esta vez el gordito — tenemos nuestros instrumentos y cables, podemos conectarlos directo a la consola del local, pondremos bases en reemplazo de la teba.
—Normal, dice el organizador.
Y así, la banda emprende el reto de levantar el concierto, mueven las cosas, se las ingenian, nada los puede parar, no hay obstáculo que no puedan superar. Y finalmente, cuando ya está todo listo, tras un largo trajín, contemplan la obra de arte que brilla delante de ellos: un escenario con todo preparado para tocar. Es increíble, se abrazan de felicidad, es un momento especial.
Se le cede el turno a un amigo que también iba a mostrar lo suyo esa noche, el único que quedó. Él abre a la banda, un digno telonero. Su sesión termina, entre aplausos. Y así llega el gran momento.

*

No miraron al público mientras tocaban. Exactamente no saben que pasó, de pronto la gente se empezó a ir, tampoco eran muchos los que quedaban. Pero un gruesito de gente permaneció, observándolos, totalmente desconcertados. ¿Acaso se estaban burlando de ellos?
El concierto duró apenas 17 minutos, todo era caos, ruido y gritos. Cada quien hacía lo suyo, lo que mejor podía. No había estructura, era música catastrófica, era peor que cualquier cosa. No se habían trepado para tocar bien y complacer, se habían trepado para demostrar que podían hacer lo que les daba la gana en el escenario. Si querían subían y tocaban, si querían subían y no tocaban y se cepillaban los dientes, como así hicieron en determinado momento. Ya no importaba nada.
Hay conciertos que quedan en la memoria porque nos hicieron sentir increíbles, uno se siente atravesado por el sonido y tiene la sensación de haber tenido sexo con un extraterrestre. Es indescriptible en realidad. Pero nada puede compararse a esa única experiencia de ser un cualquiera y ser de pronto ese extraterrestre. Y de haber demostrado arriba de un escenario lo banales que somos, lo torpes que somos. No para arrancar risas, porque esa noche no se escuchó ninguna, sino para patearle el trasero a ese público que sólo quiere que se lo tiren.